Un centenar de jóvenes, docentes y representantes de organizaciones de la sociedad civil participaron el pasado viernes 26 de octubre en la primera jornada de la conferencia final de GEAR, el proyecto europeo de formación e intercambio de buenas prácticas en inclusión e interculturalidad, en el que se implicaron organizaciones de Croacia, España, Eslovenia, Italia y Macedonia.

Abrieron el ciclo de ponencias Victorino Mayoral, presidente de la Fundación Cives, Martina Horvat, coordinadora de Programas Educativos de GONG (la organización que dio origen al proyecto), y Consuelo Velaz de Medrano, directora general de Evaluación y Cooperación Territorial de la Secretaría de Estado de Educación. Antes, a lo largo de la mañana, se desarrollaron los talleres en los que estudiantes y profesorado han participado en talleres formativos sobre educación y acciones sociales para la inclusión.

Mayoral subrayó: “Las sociedades inclusivas necesitan la existencia de escuelas inclusivas, única manera de formar y conseguir una ciudadanía igualmente inclusiva. Por el contrario, una educación diferenciada – por ideologías, sexos, confesiones religiosas, étnicas, monoculturales o ultranacionalistas – conduce a la existencia de una ciudadanía diferenciada, separada, fragmentada, incompleta, que favorecerá la malformación de sociedades excluyentes, diferenciadoras y discriminadoras, divididas y conflictivas, hasta el punto de provocar a veces situaciones bélicas endémicas, latentes o explosivas, de carácter civil o militar”.

Por eso, las alternativas a las que nos enfrentamos hoy son, por un lado, sucumbir al relato identitario, por razones de etnias, culturas, nacionalidades o religiones en las sociedades europeas, en las escuelas, y, por tanto, en una ciudadanía “subordinada y limitada en su alcance por aquellos factores discriminatorios». O, como segunda opción, «trabajar, de manera comprometida y decidida, para la construcción y consolidación de sociedades inclusivas, basadas en valores democráticos y derechos humanos universales. Valores y competencias que deberían ser adquiridos en escuelas públicas inclusivas e interculturales, de las que salgan ciudadanos capacitados para asumir las responsabilidades y deberes que comporta el ejercicio de sus derechos y libertades en un marco de convivencia plural y gobernanza democrática”.

Por último, Mayoral destacó que el modelo que debe adoptar la escuela “no es el del asimilacionismo que desprecia y elimina, en favor de una cultura mayoritaria dominante, los valores y las culturas minoritarias de origen, ni el del multiculturalismo que segrega y pretende crear una escuela para cada grupo, según su identidad étnica, religiosa, cultural o nacional, sino el del interculturalismo, que trata de compatibilizar el reconocimiento de la diversidad con el acervo común correspondiente a los derechos, valores y cultura de la ciudadanía democrática”.

Martina Horvat, de la organización coordinadora GONG, puso el acento en lo positivo del intercambio de experiencias durante estos últimos dos años, y explicó: “Todos los países participantes tienen problemas diversos en sus sociedades, pero compartimos obstáculos en lo que se refiere a la inclusión, la solidaridad y especialmente al crear sociedades más solidarias”. Los sistemas educativos deben hacer frente a estos problemas, añadió, pero a veces no abarcan los contenidos necesarios y por eso, las organizaciones de la sociedad civil deben trabajar también en sus propias comunidades.

Por su parte, la directora general de Evaluación y Cooperación Territorial, Consuelo Velaz de Medrano, defendió el compromiso del Gobierno con la necesidad de recuperar la escuela como lugar de aprendizaje de las virtudes éticas, cívicas y democráticas, a través de la recuperación de una asignatura obligatoria de educación cívica y valores éticos, centrada en los principios cívicos y los Derechos Humanos. “Debe ser obligatoria en secundaria para todo el alumnado porque no tiene sentido que sea optativa, y mucho menos una alternativa a la religión”, como se establece en la LOMCE actualmente. Esta no puede ser objeto de polémica, ha defendido, ya que defiende los valores comunes de la tolerancia y la ciudadanía como pilares fundamentales de nuestras democracias y por ello debe ocupar un lugar prioritario en las políticas educativas, tal y como se estableció en la Declaración de París de 2015, y como se pronunció el Comité de Ministros del Consejo de Europa en la declaración del 16 de octubre de 2002.

Esta asignatura es fundamental para “promover una sociedad libre, tolerante, justa y que contribuya a defender los valores y principios de la libertad y los Derechos Humanos”, así como el respeto a la ley, que son los fundamentos de la democracia. “Se trata de educar en los valores comunes a todos: el respeto a la persona independientemente del color de piel, el género, la cultura o la religión”. Ello conllevaría incluir contenidos de ética individual, basados en la educación, la autoestima, el respeto y la lealtad a los otros, pero también valores de ética social, como el respeto al Medio Ambiente, la igualdad de género, la resolución pacífica de conflictos, los Derechos de la Infancia y la interculturalidad, entre otros.

Otras dos medidas, dijo, son fundamentales para democratizar la escuela. Primero, recuperar la participación de la comunidad escolar en el gobierno de los centros educativos, a través de la potenciación de los Consejos Escolares. Segundo, cambiar la forma de elegir a los y las directoras escolares. “Se trata de que las escuelas sean consideradas espacios democráticos, donde los futuros ciudadanos y ciudadanas aprendan y vivan los valores democráticos dentro de la propia escuelas”, puntualizó.

Proyecto GEAR: objetivos y acciones

La segunda mesa ha contado con representantes de todas las organizaciones de la sociedad civil que han participado en GEAR. Edurne Grau, coordinadora de Cives, expuso lo enriquecedora que ha sido la experiencia para todos y todas las participantes. “Ha sido realmente un privilegio estar en este proyecto, que sobre todo ha consistido en intercambiar metodologías, un momento muy enriquecedor y muy potente de colaboración de ciudadanía europea”, explicó.

Ivana Milas, de la organización croata Nansen Dijalog Centar, ha señalado el contexto intercultural de su país de origen y la “brutal historia de guerra” heredada que contribuye a la situación de xenofobia y discriminación. También ha mencionado las actitudes cambiantes hacia los refugiados de la guerra en Siria, que hace unos años eran positivos y acogedores, y han evolucionado hacia el odio y la exclusión en los últimos tiempos. Aunque en Croacia la ley es nominalmente inclusiva, relató, “damos un paso adelante y dos hacia atrás” en el trabajo cotidiano, lo que hace necesario un proyecto de buenas prácticas como GEAR.

Por su parte, Marta de Santis, de GSI Italia, ha detallado cómo se desarrollaron las formaciones y los talleres con estudiantes y profesorado en su país, promoviendo valores cívicos y derechos fundamentales para conseguir un entorno escolar más inclusivo. Veton Zekolli, de la macedonia Nansen Dialogue Centre Skopje, ha subrayado la petición de profesorado y estudiantes en su país para recibir más iniciativas de este tipo, vitales en una realidad escolar que en la práctica es de segregación étnica. En su organización trabajaron con docentes y estudiantes macedonios, albanos y turcos, “con resultados muy positivos”.

Finalmente, Veronika Bajt, del Mirovni Institut de Eslovenia, se centró en los problemas a los que se enfrentan en su país. “A nivel formal, las cosas van en la dirección correcta en términos de interculturalidad. Sin embargo, vemos obstáculos en la implementación. Vivimos en una Europa de un racismo en aumento, con cada vez más xenofobia, discursos de odio como la homofobia”. Esto lleva a situaciones de potencial conflicto en la clase, y el profesorado no tiene herramientas, ha explicado. Por eso, proyectos como GEAR son tan importantes.

Contextos nacionales y realidades en la esfera educativa

El tercer debate del día contempló el contexto de cada país en lo que afecta a la inclusión en las realidades educativas. “Si el siglo XX fue el del antisemitismo, este es el de la islamofobia”, ha señalado Luis Cifuentes, de la Fundación Cives, en su intervención sobre la xenofobia y los discursos de odio en España. Un fenómeno que se extiende por toda Europa, donde el 20% de los ciudadanos y ciudadanas se declaran xenófobos. Cifuentes ha recordado la aporofobia, o miedo a la pobreza, que se halla en el corazón del racismo, como explica la filósofa Adela Cortina. Y ha recordado la gran responsabilidad que tienen los medios de comunicación en la expansión de prejuicios y mitos xenófobos e islamófobos, mitos que a su vez nutren los discursos radicales de terroristas afines al Daesh.

Drazen Hoffmann, de la organización croata GONG, ha explicado que, a pesar de que las 22 minorías nacionales en su país están recogidas en la constitución, este documento ha sido “tremendamente descuidado en los últimos años, sin medidas que contemplen la inclusión y los Derechos Humanos”. Uno de los motivos es el legado de la guerra, algo “terrible” para la cultura política democrática, ya que beneficia una mentalidad de “ellos contra nosotros”. También ha mencionado que existen movimientos crecientes de veteranos de guerra de extrema derecha, así como grupos extremistas católicos que están ganando poder y afectando las políticas implementadas y las propias instituciones. Otro problema son administradores públicos disruptivos “que perjudican la cultura democrática para sus propios fines”.

Sin embargo, ha explicado, hay esperanza en lo que respecta la educación cívica, ya que existen iniciativas en este sentido a nivel local. “Esperemos que haya una infección de abajo hacia arriba”, ha dicho.

Las alumnas italianas de secundaria Vittoria Ciamarra, Marta Formiconi y Arianna Pinti han explicado el contexto legal que existe en su país para la educación inclusiva. ”¿Cómo cambiar las mentalidades que hacen que veamos enemigos donde deberíamos ver a amigos?” La única forma, han afirmado, es establecer la comunicación. “Debemos conocernos, ser curiosos y curiosas. Si vemos una foto con un paisaje nevado, ¿por qué centrarnos en el frío de la nieve y no en su belleza?”.

Por último, el macedonio Veton Zekolli ha explicado el sistema de segregación escolar que se pone en práctica en su país. “Si eres albano, tu hijo puede ir a clase en albano, y tener profesorado albano, y lo mismo si eres macedonio. Eso quiere decir que al final no tienen relación entre sí, y no se conocen. De esta forma, es mucho más fácil que se genere un conflicto”. La primera escuela integrada se abrió en 2008, un método que su organización, junto con otros actores, intenta multiplicar en Macedonia. El problema es que las soluciones salen de la sociedad civil, y no de las instituciones, ha zanjado.

2019: El reto de las elecciones europeas

Finalmente, durante el último panel de la tarde, el debate ha girado en torno a la UE y su futuro ante las elecciones de 2019, un momento clave debido a la amenaza de que entren en el Parlamento Europeo, en números sin precedentes, partidos racistas y xenófobos de todos los países. “La palabra es un arma tan importante como las propias armas”, ha dicho Paca Sauquillo, presidenta de SOLIDAR, quien ha rememorado su visita a los Balcanes en el 1989 y las profundas divisiones étnicas que se encontraban en la raíz de la guerra entonces. “La palabra”, ha reiterado, “hace mucho, y la palabra es la educación”. Es muy importante que en Europa existan proyectos educativos que eviten llegar al conflicto, ser capaces de trabajar en una educación inclusiva, porque aunque legalmente es competencia de cada país, deben hacerse también programas de educación no reglada.

Mojca Pajnik, de la Universidad de Ljubljana (Eslovenia), expuso en su ponencia la amenaza que supone el populismo de ultraderecha en numerosos países europeos: el Partido de la Libertad en Austria, el partido búlgaro Attack, el Partido Popular danés, el Partido de los Finlandeses, el Frente Nacional en Francia, la Liga Norte en Italia, el partido de Orbán en Hungría, el gobierno polaco… “Estos responden a un aumento de un sentimiento racista”, puntualizó.

Las estrategias que utilizan estos países es presentar el racismo como algo normal, o negarlo. Es utilizar términos demócratas como la libertad de expresión para hacer avanzar su discurso, así como utilizar un discurso victimista, una política del espectáculo y una retórica de propaganda con maniqueísmos y unos análisis simplistas y polarizadores de supuestos problemas que no reflejan la realidad. “Vemos una grave falta de debate razonable y matizado en los medios, que están funcionando simplemente como altavoz de discursos de odio”, añadió Pajnik.

¿Qué hacer? “Debemos reclamar el Estado y la política. Debemos establecer una comunicación política que esté informada por las demandas de la ciudadanía, y debemos implantar una política de la escucha” para llevar a cabo un proyecto de igualdad e interculturalidad, señaló esta experta.

Finalmente, Edurne Grau presentó la campaña #MEGA (de las siglas en inglés para ‘Hagamos una Europa Grande Para Todos’, un juego de palabras con el tristemente célebre eslogan de Donald Trump) impulsada por el Foro Cívico Europeo. Una iniciativa que pretende recuperar los valore solidarios y sociales que fundaron la Unión Europea en origen, de cara a las elecciones al Parlamento Europeo de 2019. “La ultraderecha en Europa no es solo una amenaza, es ya una realidad”, zanjó Grau.

Buenas Prácticas en la Educación Inclusiva y para la Diversidad: la visión del profesorado

La jornada del sábado 27 de octubre se abrió con una conferencia enfocada en las experiencias en interculturalidad del profesorado dentro de las aulas. Carmen Rueda, presidenta de la Liga de la Educación en Jaén, aseguró en su presentación que «la escuela inclusiva trata de desarrollar al máximo a cualquier persona» y puntualizó que no es solo labor del profesorado hacerla realidad, sino que debe estar implicados todos los agentes educativs: familia, medios de comunicacion, municipios, sociedad, todos tienen que contribuir para que sea una realidad. 

Tomislav Vukovic, profesor en la Escuela de Educación Primaria de Dalj en Croacia, destacó una de las actividades que se pusieron en marcha en su escuela. «En 1991 Croacia estaba así», dijo mostrando una imagen de un pàís destruido por la guerra. «Tras el conflicto necesitábamos enseñarles que había otros modos de pensar», aseguró. Pusieron en marcha, entonces, un proyecto de intercambio entre Croacia, Macedonia y Serbia. Hablaron de el sistema educativo, de la cultura y de la gastronomía de cada uno de los países, entre otros temas. Reflexionaron y debatieron sobre lo que les unía, más que lo que les diferenciaba. Su iniciativa se cerró con la visita a cada uno de los países y el intercambio de estudiantes. Una manera perfecta para ver in situ esa realidad que habían estudiado en las aulas. 

Por su parte, Beatriz G. Luna, coordinadora del aula de interculturalidad de la Liga de la Educación, explicó cómo trabajaba la organización para mejorar la interculturalidad y caminar hacia una escuela más inclusiva. «En nuestros programas creamos espacios donde los iguales se sientan cómodos y se acoja toda la diversidad», contó al auditorio, lleno de personas profesionales de la educación de cinco países diferentes. Aseguró que en la Liga de la Educación se es muy consciente del trabajo que todavía queda por hacer y que, además, es imprescindible. «Tenemos una gran confianza en que vamos a conseguir una sociedad más inclusiva y que todas estas experiencias que estamos oyendo estos días son un gran ejemplo de ello», aplaudió. 

Andrej Svete, profesor de la Escuela de Educación Secundaria SSTS Siska en Eslovenia, compartió su propia experiencia como profesor de historia y de sociología. «Estoy muy satisfecho con el proyecto GEAR, una iniciativa que ha conseguido conectarnos». Además del proyecto europeo GEAR, la escuela en la que trabaja Svete participó en otros proyectos: uno de formación en electricidad y computación con alumnado extranjero con bajo nivel educativo, uno de equidad y tolerancia y otro de intercambio y multiculturalismo.

Durante la mesa de buenas prácticas se reflexionó sobre la diversidad cultural en cada uno de los países. En Eslovenía hay un 5-10% de población migrante, por ejemplo. «Muchos de los y las estudiantes, a pesar de haber nacido en el país, tienen una historia de migración a sus espaldas», contó Špela Čekada Zorn, profesora de la Escuela de Educación Primaria Brezovica pri Ljubljani. Esta profesora eslovena se sentía especialmente orgullosa de que cada vez más profesores/as educaban más allá de lo formal. «Preparamos a nuestros niños y nuestras niñas para la vida», dijo.

La experiencia educativa que compartió Darko Taleski, profesor de la Escuela de Educación Primaria «Saints Cyril and Methodius» (Macedonia) fue tan interesante como las anteriores. Declaró que en sus centro escolares la diversidad es amplísima: turcos, macedonios, bosnios… Trabajando en diferentes escuelas se dio cuenta de que segregaban por grupo étnico y por origen. «Pensé ¿qué puedo hacer? Si la vida te da limones haz limonada y si además le añades otras frutas puedes hacer un gran zumo», aseguró. Su iniciativa fue impartir actividades extraescolares juntando a todos esos grupos separados en diferentes aulas, preo seguir usando sus respectivos idiomas para unirlos sin perder su idiosincrasia. 

Daniela Guarraci, profesora de filosofía de la Escuela de Educación Secundaria «Liceo Scientifico Marconi» (Italia), dió un punto de vista muy interesante relacionando la educación inclusiva a través del uso de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, los y las estudiantes hicieron un vídeo sobre la tragedia migratoria en italia donde murieron 58 personas. «De esta manera, debaten y reflexionan con un idioma que manejan y entienden a la perfección y que, además, les divierte», opinó. 

 La mesa se cerró con la intervención de dos estudiantes croatas, que compartieron su visión sobre la educación inclusiva en sus escuelas que, además, lanzaron dos preguntas al público: ¿cómo puede implicarse más la gente joven en la difusión de los derechos humanos y la solidaridad? ¿por qué no usamos las redes sociales para hacerlo?

Educación frente a los retos de ciudadanía global

En la segunda mesa de la jornada del sábado intervino Domingo Barbolla, de la Universidad de Extremadura (España), Marko KOVAČIĆ, del Instituto de Investigación Social en Zagreb (Croacia), Karmen KUKOVIC, Centro de jóvenes de Dravinjska Valley (Eslovenia) y Elisa BASSETTI, experta en la enseñanza de italiano como L2/LE y en lingüística (Italia). Reflexionaron sobre la educación cívica y la educación global, de activismo y sostenibilidad, así como de comunidad. 

El acto terminó recogiendo las conclusiones generales del proyecto y todo lo compartido a lo largo de las dos jornadas. «Una de las cosas que se han manifestado a lo largo de este encuentro es que las administraciones públicas no ofrecen el apoyo necesario a la diversidad, lo que demuestra que no es prioritario para los gobiernos. Lo segundo que se ha escuchado estos días es que el cambio empieza en el trabajo en red: estudiantes, profesores, jóvenes, sociedad civil organizada… Eso significa tener alianzas para tener fondos», recopiló Horvart, de la organización coordinadora GONG

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