“Desde pequeñita quería buscar a mi padre porque lo echaba de menos… Preguntaba a mi familia:

-¿Dónde está mi padre?

Pero no encontraba respuesta. Sólo el silencio”

Pino Sosa, de la Asociación Memoria Histórica de Arucas, narró el testimonio que en primera persona vivió por la represión franquista llevada a cabo en el municipio de Arucas, a escasos kilómetros de Las Palmas de Gran Canaria, en marzo de 1937. En esos días, alrededor de 66 hombres fueron asesinados tras ser sacados por la fuerza de sus casas y sus trabajos. Los cadáveres fueron lanzados a diversos pozos. La barbarie intentó ser ocultada por el franquismo, pero las desapariciones de aquellas personas, llevadas a cabo en connivencia con la Iglesia católica, no pudieron con la verdad y todavía hoy se trabaja en la recuperación de los cuerpos.

Los restos del padre de Pino Sosa fueron encontrados 81 años después de su asesinato gracias a la insistencia de esta mujer y otras muchas mujeres de Arucas.

“¡Que se abran los pozos para sacar a esos demócratas que tiraron a los pozos”, clamaba Pino Sosa a los partidos políticos y como concejala del PSOE a fines de los años ochenta, “¡los pozos no están para tener cadáveres, sino para dar vida!” Y con contundencia recordaba esta mujer: “la democracia no estará consolidada si no sacamos a esos demócratas de los pozos”.

Sin duda, el relato de Pino Sosa estremeció al medio centenar de asistentes que se dieron cita en el encuentro “educación, ciudadanía y memoria democrática” realizado en Las Palmas de Gran Canaria el 16 de marzo.

El relato de Sosa se convirtió en una clase magistral de lo que fue la represión franquista y el silencio posterior. Su emotiva historia, como la de tantos familiares de víctimas, son auténticos dardos, imprescindibles para sensibilizar a docentes y alumnado, independientemente de su ideología, para que la memoria democrática entre en los planes de estudios, tal como clama la Ley de Memoria Democrática.

Aun con el corazón encogido, Israel Campos, director del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, clausuró el encuentro, algo apresuradamente por las horas, con un homenaje in memoriam a Alexis Ravelo, fallecido el pasado 30 de enero. Como es sabido, este escritor, referente español de la novela negra también abordó la represión franquista en la isla de La Palma durante la “semana roja”, en julio de 1936.

AMNISTÍA NO ES AMNESIA

Pero el encuentro, conducido por Eva Navarro, profesora de filosofía y patrona de la fundación, se inició, como es habitual, con una exposición inaugural realizada por el presidente de CIVES, Victorino Mayoral, que quiso apuntar alguna de las causas por las que la memoria democrática ha tardado tantos años en tener relevancia.

A juicio de Mayoral, “algunos habían confundido amnistía con amnesia y reconciliación con blanqueo de un pasado sucio, como diría Álvarez Junco en su ensayo. Los promotores de la amnesia y de la ocultación o equiparación de ese pasado sucio de represión de libertades y dictadura han mediatizado todo lo que han podido el modo de enseñar la historia contemporánea de España, ocultando o desvaneciendo una parte importante de nuestra memoria democrática… De ahí han derivado las limitaciones y carencias de una memoria democrática frágil e incompleta, toleradas durante una larga etapa de la Transición, y el tardío reconocimiento de sus fundamentos históricos, de las antiguas raíces democráticas de sus instituciones y declaraciones de derechos por parte del vigente sistema democrático español. Hasta que la aprobación de la Ley de Memoria Histórica por las Cortes en 2007 produjo un giro decisivo y el inicio de un proceso más ambicioso que culminó con la aprobación de la Ley de Memoria Democrática de 19 de octubre de 2022”.
Tras la intervención del presidente de CIVES, José Miguel Pérez García, director de la cátedra Juan Negrín de la ULPG (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria) y expresidente del gobierno canario, relató algunos ejemplos de la evolución hacia la democracia en la España contemporánea y puso en valor la historiografía en la memoria colectiva. En este contexto puso en valor la figura del socialista Luis Gómez Llorente que no olvidó poner la opción republicana en la Transición. Asimismo, Pérez García abogó por que las “distintas memorias no se pierdan” y por que la próxima EVAU (Evaluación para el acceso a la Universidad) cambie porque si no, “no evaluará a los alumnos sobre la historia de España”.

Posteriormente, Luis María Cifuentes Pérez, patrono de la Fundación CIVES alertó sobre las amenazas a la democracia y destacó la relevancia de la enseñanza para la defensa de ésta. En su opinión, “los valores éticos de libertad, igualdad y justicia son principios filosóficos esenciales para acceder a una comprensión profunda de la democracia como estilo de vida”. Por ello, “en el campo concreto de la recuperación de la memoria democrática es necesario reflexionar sobre la verdad, la reparación, la justicia y la no repetición de los crímenes”.

Como ya es habitual en estos encuentros, Julio José Ordoñez, vicepresidente de CIVES e inspector de educación, recordó que la LOMLOE establece el estudio de la memoria democrática, por lo que existe una correspondencia clara entre esta legislación y el artículo 1 de la Ley de Memoria Democrática. Además destacó de esta última “el reconocimiento que hace de quienes sufrieron persecución entre el golpe franquista de 1936 y la Constitución de 1978”.

EXPERIENCIAS DIDÁCTICAS Y RELEVANCIA DE JUAN NEGRÍN

También, como se viene realizando en estos encuentros, hubo un espacio para recoger experiencias didácticas territoriales. En esta ocasión, Beatriz Andreu Mediero, profesora de Didáctica de las Ciencias Sociales del departamento de Didácticas Específicas de la ULPG coordinó las experiencias explicadas por Elia Padrón Quintero, profesora de lengua del IES; Sonia López Rodríguez y Fátima Díaz Arteaga, profesoras de inglés del Centro Penitenciario Salto del Negro; Isaac Sierra García, profesor de Geografía e Historia del IES Ingenio; y Ángel Yenisei Ruiz Santana profesor de Geografía e Historia del CEO Las Palmas de Gran Canaria.

Por último, y antes de dar paso a Pino Sosa, Cristina Martín Gómez, de la Fundación Juan Negrín, recordó que uno de los objetivos de su fundación es concienciar sobre la importancia de la memoria democrática. Negrín, un relevante personaje muy desconocido, fue presidente del Gobierno de la República entre mayo de 1937 y marzo de de 1939, además de políglota, médico e investigador científico.

Hizo hincapié Cristina Martín en cómo Juan Negrín fue víctima de falsedades políticas y personales, tanto de adversarios ideológicos como de compañeros del PSOE y socios políticos de la República. Es más, ha sido hace pocos años cuando la figura política de Negrín ha sido rescatada por investigadores e historiadores, fundamentalmente después del año 2000. Y es que si fue expulsado del Partido Socialista en 1946, hasta 2009 no fue rehabilitada su figura. En este contexto Martín apuntó que “ligar memoria democrática y educación es fundamental, independiente de las ideologías de cada cual”.

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