El pasado fin de semana se celebró la Conferencia Política del PSOE, un evento en el de debate interno en el que se aprobaron varias propuestas, cambiando la trayectoria del partido.

Uno de los puntos más aplaudidos por los cuadros y militantes presentes en la Conferencia Política fue su giro en relación con sus relaciones con la Iglesia y su apuesta y defensa por el laicismo.

Los puntos que definieron en relación a la laicidad fueron los siguientes:

Se aprobó por unanimidad denunciar el concordato de 1979 con el Vaticano y renegociarlo “desde cero”.

Se apostó por la autofinanciación de todas las confesiones religiosas.

Se acordó eliminar la religión de la enseñanza curricular e incluso sacarla del horario escolar, defendiendo así una escuela pública laica.

Se decidió que la Iglesia Católica deberá pagar el IBI de todas aquellas propiedades que no sean de exclusivo uso para culto. Las iglesias quedarían excluidas del pago de este impuesto, igual que lo están las instituciones culturales sin ánimo de lucro.

Pusieron especial énfasis en que el laicismo es neutralidad. No es ni antirreligioso ni anticlerical. Esto significa que se mostrará absoluto respeto a todas las confesiones religiosas y defienden que el Estado garantice que puedan ser practicadas en libertad.

Por esto, se comprometieron a impulsar una Ley de libertad religiosa, de libertad de conciencia y de libertad de culto.

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